Wednesday, October 22, 2008

Principios de Nueve

Hubo una leve intuición de que el evento deseado se había cumplido a
la primera. Mientras trabajaba sentía unos leves ascos, PERO, nada que
no lo pudiera confundir con sugestiones psicológicas. Los días
transcurrían y el cansancio aumentó, en cualquier pasto con algo de
sombra, recostada me sumergía en siestas profundas. Muy al principio
me bastaban los diez o quince minutos de recuperación pero una semana
después, ni recostada en cualquier lugar lo lograba, sólo en mi cama y
ese abrir y cerrar de ojos constaba de dos plenas horas más las nueve
o diez necesarias cada noche. Mis sentires con respecto a la vida eran
muy personales, todo estaba en mi contra y a mi favor al mismo tiempo,
lo cual causaba malestar, ambigüedad y cierto escepticismo.
Poco a poco, aumentó una sensibilidad en el olfato, olores callejeros
y cotidianos habían subido de intensidad, eran molestos.
El retraso fue una primera señal pero la mente puede ser tan poderosa
que no confiaba en esa prueba, así que finalmente decidí comprar un
examen de orina para embarazo en la farmacia. Aquellos "rápidos" cinco
minutos parecían toda una sesión en una sala de espera. No salía
ninguna señal, ni positivo ni negativo, lo sacudía, lo cerraba, volvía
a leer las instrucciones. Después de unos minutos más: NEGATIVO.
Todo había sido mera influencia y fantasía mental, 'qué fuerte es la
mente', pensaba.
Pasaron los días y los síntomas eran más intensos, por un lado estaba
sorprendida de tan dominante psique, mientras por otro lado,
cabalmente, albergaba la posibilidad de que la prueba hubiera sido
fallida.
Decidimos una prueba infalible: análisis de sangre. Muy temprano en la
mañana fuimos los dos. Ese día había mucho trabajo para un evento
grande en el restaurante, los resultados estaban a partir de las
diecisiete horas. Hasta eso el día pasó con agilidad, sobre todo
comparado a la eternidad de los cinco primeros minutos en la prueba
rápida pero ineficaz.
Al recoger los resultados me llevé a mi perra como apoyo moral para
cualquiera de ambos posibles resultados. Me dieron el sobre y regresé
al coche para acompañarme de Gretel mientras leía: POSITIVO!!!! Ya no
había duda.
Pasaban más días y aquel olfato sensible se volvió en ¡biónico! algo
fuera de serie. La sensibilidad de sabueso no paraba en poder decir
qué ingredientes traían los platillos sino en poder describir qué
cosas olfativas se amalgaman en el ambiente. Empezó a ser una
verdadera locura, en un principio estaba divertida con mi nuevo
juguete hasta que tanta finura y detalle olfativo se habían convertido
en una pesadilla. TODO tiene olor hasta el aire más puro del campo
huele a las flores nativas, la madera de sus árboles, el olor a polvo
con piedra. Dormir entre mis sábanas era un suplicio, sabía cuántos
días llevaban esas sábanas, el olor a cabeza de las almohadas, la
grasa característica del rostro, el sudor del cuerpo en época de
calor. El baño en las mañanas, era un castigo, la mezcla de pasta de
dientes, jabón de cuerpo, shampoo, humedad, toallas secándose en el
toallero, w.c. INSOPORTABLE. Vomité en ese instante, sin éxito, en la
mañana mi cuerpo estaba vacío así que sólo me arqueaba como baboso en
sal, más horribles y ajenos sonidos que salían de mí.
En ningún lugar podía estar, la sala también tiene sus propios olores
y peor aún pues se juntan con los de la cocina. Lavar los trastes, ni
cómo hacerlo... Estaba encerrada en mi agudez olfativa, la cual
llevaba a la eterna nausea. Me sentía MAL. Sobre todo, insatisfecha,
inconforme. Si tenía sed y tomaba agua, no quería, prefería un jugo,
al tomarlo, su sabor era sobre llevador, lo cual me hacía cambiar al
té, el cual me hastiaba al segundo trago. La sensación era de ajena a
mí misma.
Así pasaron tres semanas de malestar y falta de entendimiento conmigo,
malestar a toda hora y en lo onírico era tan intenso que tampoco
lograba descansar.
Ya llevo nueve semanas, afortunadamente la agudez olfativa al exceso
cesó y con ellas tanta nausea. Ahora, sin estar por completo libre de
ellas y de un olfato sensible-moderado, la vida vuelve a ser olida con
mejor disposición. Trato de comer poco pero mantenerme con el estómago
sin hambre y esa es la clave de mi actual "bienestar".
Sin embargo, falta mucho de esto desconocido para mí.